La llamada sociedad de consumo, apareció como consecuencia de la producción en masa de bienes (activada por el (taylorismo) hace referencia a la división de las distintas tareas del proceso de producción y el (fordismo) es un sistema económico basado en la producción industrial que reveló que era más fácil fabricar los productos que venderlos, por lo que el esfuerzo empresarial se desplazó hacia su comercialización (mostrando publicidad, marketing, venta a plazos, entre otros.
Este modelo fundado en los llamados “felices veinte” se estiró, con un prolongado periodo de depresión económica, hasta que, en torno a 1970, se inició la que algunos llaman, Tercera Revolución Industrial. Concretamente, fue partir de la Segunda Guerra Mundial, en la década de los 50, cuando la producción cobró una gran importancia, contribuyendo a aumentar las necesidades; entre otras causas, porque las exigencias del propio desarrollo capitalista condujeron a una situación en la que la demanda del consumidor debía ser a la vez estimulada y orientada, en un mercado en constante expansión y transformación cualitativas internas, como consecuencia del cambio estructural del primitivo capitalismo de producción en el que podemos llamar neocapitalismo de consumo.
Nos encontramos, en una etapa caracterizada por un mercado muy fragmentado y variable, donde no todo el mundo quiere consumir el mismo producto o diseño. Esto conlleva la inestabilidad en los volúmenes de producción, la constante entrada de productos nuevos y, la influencia de círculos sociales o estatales en la demanda.
En la sociedad de consumo se ha desarrollado toda una serie de recursos y estrategias con el fin de aumentar el consumo y dar salida a la producción. Uno de estos recursos ha sido el desarrollo de diferentes modalidades de venta, como la venta a plazos y las tarjetas de crédito. También hay que señalar el acortamiento de la vida de los productos debido a su mala calidad o a la imposibilidad de repararlos o recargarlos, los productos de un solo uso, las modas cambiantes, las ofertas y sobre todo la publicidad y el marketing. Todo ello favorece la cultura del consumo.
Desde principios del siglo XX, incluso el mercado de los productos de consumo masivo era incierto para la población en general, mientras los productores necesitaban pedidos de grandes cantidades para mantener bajos los costes de producción. Uno de los métodos para salvar esta contradicción entre un mercado inconstante y un alto coste fijo, era la publicidad. Ésta empezó a tener más y más recursos, al tiempo que se hacía indispensable para los fabricantes.
LA SOCIEDAD DE CONSUMO ORIGEN HISTORIA CARACTERÍSTICAS
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